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Un anfibio prodigioso

El Axolotl, un anfibio originario de México, es capaz de regenerar extremidades perdidas. Los científicos intentan descifrar su secreto con la esperanza de poder aplicar los resultados en el ser humano.

Imagen: picture alliance/dpa

En un cuerpo de tan sólo veinte centímetros de longitud, el Axolotl esconde un secreto cuya resolución podría suponer un enorme avance científico. Tanto es así que la Facultad de Medicina de Hannover le ha dedicado un Centro de Bioregeneración al completo. Allí viven apenas 120 ejemplares de Axolotl, que significa "monstruo del agua". De hecho, sin el interés del centro de investigación alemán, hace tiempo que el anfibio habría desaparecido. En México, su país de origen, se encuentra en vías de extinción como consecuencia de la contaminación.

A simple vista, el Axolotl no parece un animal extraordinario. Perezosos, descansan en el suelo del acuario de Hannover o se esconden entre los tubos de la instalación. Nada hace pensar que, como explica Christina Allmeling, investigadora del Centro de Bioregeneración, el Axolotl posea cualidades únicas: "el anfibio Axolotl es un milagro de la regeneración. Este animal puede regenerar extremidades u órganos que no sean imprescindibles para la vida y que hayan sido amputados a raíz de un accidente o de la mordedura de otro animal. Una circunstancia que lo hace muy interesante para nosotros".

"Amputaciones experimentales"

Para averiguar qué es lo que sucede cuando el Axolotl regenera sus propias extremidades, los científicos llevan a cabo "amputaciones experimentales". Para ello, el doctor Björn Menger toma uno de los anfibios del acuario y lo introduce en una bañera con un preparado anestésico. Pocos minutos después, el narcótico ha surtido efecto y el pequeño animal se encuentra sobre la mesa de operaciones. "Con la ayuda de un escalpelo se procede a realizar la correspondiente amputación. El muñón no precisa ninguna asistencia médica adicional, dado que la coagulación de la sangre actúa en cuestión de segundos. Prácticamente, se puede apreciar a simple vista. La amputación constituye, pues, una operación sencilla", explica Menger.

Un proceso que el cirujano realizó en alrededor de 300 ocasiones durante su doctorado. Pese a ello, aún sigue asombrándole la rapidez con la que se frenan las hemorragias. Apenas una fracción de segundo. Pocas horas más tarde se forma de nuevo el denominado tejido epitelial y comenza el proceso de cierre de la herida, como explica la doctora Kerstin Reimers-Fadhlaoui: "estas células epiteliales, a diferencia de las células de los mamíferos, tienen efectos activadores sobre los tejidos situados justo debajo de la herida. Es decir, conducen a un primer proceso de curación de los tejidos. Es cuestión de pocos días que surja una especie de brote regenerativo y que de ahí, con el tiempo, vuelva a reproducirse la pierna".

El proceso dura tan sólo unas pocas semanas. El tiempo necesario para que la pierna amputada vuelva a crecer. Esta fase de curación resulta de especial interés para los biólogos, que observan el proceso a través de cultivos de células. "Para ello, analizamos el comportamiento de los neurotransmisores, que son los que conducen dicho proceso, y el sistema inmunológico, de absoluta importancia en los procesos de curación. También estudiamos los factores de crecimiento o genéticos que se encuentran en la base de dicho proceso. Para ello extraemos tejidos y células de los animales. A continuación investigamos, a través de diferentes métodos de biología molecular, qué genes son activos en los tejidos", explica Reimers-Fadhlaoui.

Soñar no cuesta nada

Procesos de regeneración ya son conocidos en algunos tipos de peces, pero como animal vertebrado, el Axolotl se encuentra genéticamente mucho más cerca del hombre. Un motivo para confiar en posibles aplicaciones en la medicina humana. Lo que constituiría un enorme avance, según el cirujano plástico Björn Menger: "en aquellos casos en los que exista un gran problema en la piel que no podamos resolver con injertos de otras partes del cuerpo, o bien nos encontremos con una gran pérdida de masa muscular o graves problemas óseos que no curan. Disponemos de un método con el que podemos generar algo de nuevo y mejorar la situación de los pacientes. Ése es el objetivo y el potencial de aplicación de estos mediadores anfibios".

Los científicos esperar desarrollar medicinas que desencadenen en los humanos el proceso de regeneración que para el Axolotl resulta automático. Quizás, algún día, podamos acelerar el proceso de curación cuando, por ejemplo, alguien pierde una extremidad en un accidente de tráfico.

Autor: Michael Engel / Emili Vinagre
Editor: Pablo Kummetz