"Europa necesita otra forma de empatía hacia América Latina"
18 de julio de 2023Tras su visita a Perúy Colombia, a fines del mes pasado, el portavoz de política exterior para Latinoamérica del partido alemán Los Verdes en el Parlamento alemán, Max Lucks, subraya en entrevista con DW la necesidad de fortalecer las relaciones entre Europa y América Latina.
DW: Recientemente ha visitado dos países latinoamericanos, Perú y Colombia. ¿Por qué estos dos países en particular? ¿Cuáles eran sus prioridades?
Max Lucks: Estuve en Perú y en Colombia porque, en mi opinión, se está prestando muy poca atención desde la perspectiva de la política exterior a diversos aspectos en esos países. En Perú, en particular, estamos viviendo realmente una crisis de la democracia, y el gobierno de transición de la presidenta Dina Boluarte está intentando recortar los valores democráticos básicos. Y en Colombia, hemos logrado mucho en materia de política exterior en los últimos meses. Pero, para mí, aún quedan preguntas sin respuesta. Preguntas como qué papel puede desempeñar Alemania en los nuevos procesos de paz, y qué pueden tal vez aprender Alemania y Europa de esos procesos de paz en la situación actual. De ahí mi visita a esos dos países.
En Perú no se vislumbra aún el final de la crisis política. La población rural más pobre, cada vez más indignada, exige nuevas elecciones y una nueva Constitución. ¿Con quién ha hablado? ¿Cuál es su impresión sobre el estado de ánimo en el país?
Por supuesto, me reuní con representantes de la sociedad civil, con organizaciones de derechos humanos, pero también con parlamentarios, tanto parlamentarios en oposición al actual gobierno de transición, como también con representantes que apoyan al gobierno. Mi impresión es que, aunque se está señalando la voluntad de asumir las violaciones masivas de derechos humanos ocurridas a principios de año, no hay medidas realmente concretas para hacerlo. Se simula una evaluación, pero no se lleva a cabo en absoluto. Para mí es un misterio cómo la presidenta Dina Boluarte, que como jefa del ejecutivo tiene la responsabilidad política, puede seguir en el cargo.
Últimamente, el interés de Alemania parece dirigirse más hacia Colombia, especialmente por razones de política energética. ¿Cómo valora la gran demanda alemana de carbón colombiano y el apoyo expresado, al mismo tiempo, a la política climática del presidente Petro? ¿No está Berlín enviando señales contradictorias?
Creo que es coherente que hayamos concluido una asociación climática y energética con Colombia, porque esta asociación también significa que Colombia obtiene una salida de la extracción de materias primas fósiles. Una cooperación con Colombia que produzca hidrógeno verde no solo llevará a la creación de energía sostenible con energías renovables allí, que se exportará a Alemania, sino que parte de esta energía también se quedará en Colombia. Esto es, en mi opinión, una ganancia increíble, y es también, francamente, lo que tenemos que ofrecer si queremos convencer a otros países de que luchen con nosotros contra la crisis climática.
En estos días, tras un largo paréntesis, se han reunido en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de la CELAC. ¿Existe un verdadero interés renovado de Europa por América Latina o solo asistimos a un cortejo efímero con el telón de fondo de la guerra de Ucrania y sus consecuencias económicas?
Hay un gran interés en América Latina porque, creo que en Europa se han dado cuenta de lo aislados que están a la hora de defender un orden basado en el derecho internacional y las normas en el mundo. A Occidente le interesa ampliar la cooperación existente en América Latina. Pero también necesitamos una nueva forma de empatía hacia esos países. Empatía no es simplemente ir a Brasil y pedir el envió de armas. Empatía es aceptar que un país como Colombia no entiende que se entreguen bombas de racimo a Ucrania. Y a pesar de todo el apoyo a Ucrania que defiendo, creo que sería un paso inmensamente importante que Europa fuera aún más lejos en su asociación, es decir, que estuviera dispuesta a dejar que los países de América Latina y el Caribe le sirvieran de espejo crítico para aprender de ellos.
La empatía es especialmente importante en las relaciones interpersonales. ¿Ha tenido alguna experiencia o encuentro en su viaje que le haya conmovido profundamente?
En Colombia visité la comunidad de paz de San José de Apartadó. Allí conocí a una señora mayor, María. Tuvo nueve hijos, y seis de ellos murieron en el conflicto armado de Colombia. Y, sin embargo, la percibí como a una mujer increíblemente fuerte y llena de vitalidad. Me habló de la fuerza y la energía que invierte en el trabajo por la memoria y la paz. Y eso, en un lugar rodeado de conflictos violentos. Por un lado, esto me demostró que el proceso de paz en Colombia no es, por supuesto, perfecto, pero conocer a una persona tan inspiradora también me dio esperanza. La política exterior es, sobre todo, un asunto abstracto que tiene lugar en algún lugar lejano. Pero cuando conoces a una persona tan impresionante, te das cuenta de que puedes marcar la diferencia con la política exterior.
(cp)