Lydia Cacho empezó a dedicarse al periodismo investigando temas como la violencia familiar que sufrían las mujeres mayas y la explotación del turismo sexual con menores en la región de Cancún. En 2003 descubre una red pederasta, dentro de un complejo entramado de trata de personas, lavado de dinero y narcotráfico en el que están implicados funcionarios públicos y empresarios. En 2005, tras publicar Los demonios del Edén, obra que documenta su investigación, Lydia Cacho es detenida arbitrariamente, torturada y encarcelada. Su testimonio y las pruebas que presenta, entre ellas una grabación que compromete al gobernador de Puebla, Mario Marín, no bastan para que se haga justicia. En 2018, el Comité de DD.HH. de la ONU declaró al Estado mexicano responsable de violaciones de derechos humanos en contra de Lydia Cacho. La periodista aceptó la disculpa pública que el Estado mexicano le ofreció en enero de 2019 y exigió juicio para todos los autores intelectuales responsables de su caso.