Y mientras las grandes marcas de champán disfrutan de ventas récord, algunos de los migrantes trabajan como esclavos modernos a destajo, mal pagados o incluso sin cobrar y viviendo en chozas o en el bosque. El sindicalista José Blanco lleva años criticando "la explotación de los trabajadores extranjeros en la vendimia", advirtiendo contra las "empresas de trabajo temporal sin escrúpulos". Son varias las veces que empresarios han sido condenados a prisión por tráfico de personas y por las condiciones de trabajo infrahumanas que sufren sus jornaleros. Sin embargo, poco ha cambiado. Aparentemente, los contratos baratos con trabajadores de Europa del Este, Asia y África resultan demasiado lucrativos. Entre algunos vendimiadores polacos, el uso de analgésicos parece ser la norma. Un joven búlgaro cuenta cómo le han estafado con el salario. Un afgano revela el día a día de las esclavizantes condiciones laborales que sufrió. El abogado Benjamin Chauveaux representó a varias víctimas en el hasta ahora mayor juicio por trata de personas celebrado en la región de Champaña, destapando un complejo sistema de subcontratas, en el que también los grandes productores de champán al final se beneficiaban del trabajo esclavo. La crítica del abogado: hasta la fecha apenas se ha investigado el papel de las grandes empresas en este asunto.