Medusas: belleza submarina
Las medusas no tienen muy buena fama debido a que algunas de ellas pueden provocar comezón y alergias. Así es como su belleza pasa inadvertida. Aquí, un recorrido en fotos.
¿Sin cerebro? ¡No hay problema!
Hace 500 millones de años que las medusas navegan por los mares de la Tierra sin tener un cerebro. ¿Una buena noticia para muchos de nosotros? Sin embargo, las medusas poseen un sistema nervioso complejo, en el cual los estímulos externos las impulsan a actuar de manera refleja e inmediata. Por eso no necesitan un cerebro que elabore esos estímulos. Aquí, una medusa coliflor. ¡Impactante!
Viscosa y hermosa
Las medusas son animales marinos, pero no pertenecen al género de los peces ni de los mamíferos. Este habitante del fondo de los océanos es un cnidario, una categoría que agrupa a 10.000 especies acuáticas simples, como los corales o las anémonas. Además, se las llama "medusas" por sus tentáculos, que recuerdan al monstruo de la mitología griega.
Aguas malas
Las medusas, también llamadas "aguas vivas" o "aguas malas", están formadas en un 99 por ciento de agua. El ser humano, en un 63 por ciento. El cuerpo gelatinoso de estos animales tiene forma de campana, de la que cuelga un manubrio tubular donde está la boca, y cientos de tentáculos, algunos de varios metros de largo, que son usados para la caza de alimento.
Medusas gigantes
La mayoría de las medusas son transparentes o blancas. Pero hay algunas que también son coloridas o gigantes, como esta nomura asiática, con un diámetro de hasta dos metros, y un peso de cerca de 200 kilogramos.
Lento fluir con la corriente
Los científicos definen a las medusas también como plancton, ya que casi siempre son impulsadas por la corriente. Sin embargo, no son precisamente campeonas en agiidad. Con su cuerpo absorben el agua y luego la expulsan, y ese movimiento de contracción les permite impulsarse a diez kilómetros por hora. Hay escarabajos que son más rápidos.
Gráciles y tóxicas
Pero cuidado: aunque sean tan bellas, las aguas vivas tienen tentáculos que poseen células urticantes llamadas cnidocitos. Al tomar contacto con un organismo, que también puede ser humano, las medusas inyectan un veneno. Por suerte no se alimentan sino de algas, cangrejos y larvas de peces.
Efectos especiales
¿Y qué más puede hacer una medusa aparte de flotar plácidamente en el océano? ¡Muchas cosas! Por ejemplo, en cuanto capta un estímulo mecánico, como pueden ser las turbulencias marinas, comienza a emitir luz. Ese fenómeno, la bioluminiscencia, es la capacidad de producir luminosidad a partir de bacterias. O simplemente, sin ayuda.
Ciclo de vida
Las medusas se multiplican de manera asexuada, y se reproducen de manera alternada, de generación en generación. Cuando han producido células reproductivas, se fusionan y forman una larva que se aferra al suelo. De allí nace un pólipo, y de él, muchas nuevas medusas.
La dormilona
Aunque no tengan ni cerebro ni corazón, las medusas duermen. Investigadores del Instituto de Tecnología de California observaron que la Cassiopeia bombea agua más lentamente de noche que de día: 39 pulsos en lugar de 58 por minuto.
Plaga de aguas vivas
A menudo se producen plagas de medusas, y los biólogos sospechan que eso tiene que ver con la sobrepesca y con la extinción de tortugas marinas y peces que antes se las comían. Pero las medusas están convirtiéndose también en un plato exquisito, ya que, al no poseer aroma propio, puede absorber el aroma que se le agregue.
Medusas en la playa
Si se encuentran con estos animales en la arena, se trata de una medusa que ha naufragado. Con ayuda de guantes se la puede devolver al agua. Pero hay que recordar que no hay que pisarlas ni tirárselas a nadie. Pueden producir reacciones alérgicas.