¿No es tan feroz el león?
28 de abril de 2006Iswetja, rotativo de Moscú, analiza: "Los alemanes reciben gas. En Tomsk concluyeron las consultaciones gubernamentales, y sin embargo la esperada irrupción de la nueva era en las relaciones germano-ruso no se dio. Los alemanes siguen teniendo miedo de permitir que nuestras empresas penetren sus mercados. Y eso, a pesar de que Rusia ha dado un gran paso hacia la economía alemana. De ello podemos sacar una conclusión: Para las empresas rusas, el acceso a los mercados europeos no se ha vuelto más fácil".
El País, periódico de Madrid, opina: "Todos los europeos han de desear por propio interés que Rusia y Alemania, las dos grandes potencias históricas de Europa central y oriental, tengan buenas relaciones bilaterales. Los conflictos entre estos dos gigantes siempre derivaron en catástrofe para todos, grandes y pequeños, en el concierto europeo e incluso mundial. Pero tampoco puede extrañar a nadie que sean muchos los atemorizados cuando estos dos países se llevan excesivamente bien, porque demasiadas veces, y algunas muy recientes, sus acuerdos se han basado en ignorar o atropellar los intereses de los vecinos".
El Neue Zürcher Zeitung, de Ginebra, comenta al respecto: "Debido a los relativamente altos costos de transporte, económicamente no tiene sentido transportar las reservas de Liberia a Asia o los Estados Unidos, en vez de a Europa. Además, de la infraestructura requerida para ellos se está aún a años de distancia. En segundo lugar está claro que llegado el momento serán las existencias del este de Liberia las que se exporten a Asia. En tercer lugar, esto último en realidad es irrelevante mientras -como en el caso del petróleo- se trata de mercados relativamente integrados, pues en ellos el precio depende de la oferta mundial.
Problemático es, sin embargo, que la demanda crece, y que Gazprom anuncia el gran esfuerzo que le cuesta aumentar su explotación. Por ello se especula en qué medida y cómo los consorcios occidentales pueden explotar gas y petróleo en Rusia a cambio de que Gazprom pueda entrar a los mercados occidentales directamente. Como consta en la disputa entre E.On y Gazprom no existe un consenso al respecto. Por eso la amenaza".
El Financial Times de Alemania apunta: "Viéndolo realistamente, estas consultaciones gubernamentales han sido un rotundo fracaso. Desde que Merkel dejó en claro que, al contrario de su antecesor, deseaba tematizar los déficits democráticos en Rusia, el tono en el Kremlin se volvió más áspero. Moscú se ve a sí misma otra vez, envalentonada por los crecientes precios de las materias primas, como una potencia mundial y así quiere ser tratada. A la crítica, el Gobierno ruso reacciona muy sensiblemente. La canciller alemana no debería dejarse confundir por ello. La diplomacia rusa, que basa su tono en amenazas, desplantes y pequeñas ofensas, proviene de un siglo anterior. En Rusia, sobre todo, el león no es tan feroz como lo pintan".