El Pacífico latinoamericano a la espera del tsunami
11 de marzo de 2011El Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico emitió una alerta para toda la región después de que un devastador terremoto golpeara al noreste de Japón este 11 de marzo. China y Australia descartaron estar en peligro; pero, en Chile, las autoridades tomaron medidas inmediatas para proteger a la población de las zonas insulares, sobre todo a los 3.000 habitantes de Isla de Pascua, el primer territorio nacional al alcance del tsunami.
Con el paso de las horas, la alarma fue cundiendo en América Central y América del Sur, pese a los llamados a conservar la calma. Y es que el momento en que las olas tocarían tierra firme fue una de las pocas cosas que pudieron preverse con relativa precisión; su altura y su violencia escapan a las capacidades de pronóstico de la ciencia. El tsunami era esperado en Isla de Pascua a las 17:55, hora local, y en el Chile continental a las 23:55.
A salvo en Isla de Pascua
¿Estarán los pascuenses a salvo a 45 metros de altura sobre el nivel del mar? “Yo estimo que sí”, señala la Dra. Karin Sigloch, experta en sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Ludwig Maximilian, en Múnich. “En Japón, la ola tenía unos diez metros de altura, en Hawái tenía un metro y es poco probable que tenga una altura mayor cuando llegue a la Isla de Pascua; a menos que elementos de la topografía la fortalezcan”.
Incierta es, en cambio, la suerte de los moáis, la esculturas de piedra que miran al mar, emblemas de la cultura rapa nui. Tras alcanzar la isla polinesia, el tsunami podría arrasar con las imponentes talladuras y seguir su camino hacia Ecuador, Perú y el Chile continental sin perder velocidad. Sigloch explica que su rapidez depende de la profundidad del océano y su violencia, de la forma de las costas, de las bahías, de los puertos y muelles.
Los límites de la ciencia
“Es posible que esos tres países terminen siendo los más afectados en el continente americano, pero eso no excluye que otros también sientan el impacto del tsunami”, aclara la especialista, acotando que es difícil hacer pronósticos exactos en esta materia porque los tsunamis son fenómenos infrecuentes, insuficientemente estudiados. Aún más enigmáticos, si se quiere, que los terremotos que los causan.
“Se están haciendo predicciones gracias a simulaciones computarizadas, basadas en la información que generó el terremoto y en la manera en que éste deformó la corteza terrestre. Y, aún así, los pronósticos no son cien por ciento precisos. Por eso es importante que las autoridades hayan advertido sobre los riesgos a los pobladores de todas las zonas susceptibles de ser alcanzadas por el tsunami”, agrega la investigadora.
De la preocupación a la histeria
Las costas del Pacífico latinoamericano fueron sacudidas este viernes (11.03.2011) por la histeria ante el avance del tsunami provocado por el terremoto en Japón. “Están todos desesperados, fueron suspendidas hasta las cirugías”, dijo el médico Alvaro Weibel al ser consultado por la agencia alemana de noticias dpa en la ciudad chilena de Antofagasta, a la altura del trópico de Capricornio.
A miles de kilómetros de distancia, las autoridades mexicanas prohibieron las actividades acuáticas y deportivas en las costas debido a la alerta de maremoto decretada desde Alaska hasta Punta Arenas. “En nuestro caso se pueden esperar olas de uno a dos metros de altura adicionales”, declaró la coordinadora general de Protección Civil de México, Laura Gurza, insistiendo en que se conservara la calma.
Recordando viejas catástrofes
La angustia escaló en zonas afectadas por tsunamis en el pasado, como las costas de Nicaragua y Colombia, y las playas ecuatorianas, próximas a la isla Galápagos. Las localidades costeras nicaragüenses, asoladas en 1992 por un maremoto que dejó 170 muertos, suspendieron las clases y comenzaron a planificar la evacuación de decenas de miles de personas. Los pescadores anclaron sus botes e interrumpieron todas sus actividades.
Nicaragua declaró "alerta verde" en toda la franja del litoral Pacífico y movilizó a más de 3.000 efectivos del Ejército, apoyados por otros 3.000 policías y bomberos voluntarios. El gobierno colombiano ordenó la activación de todos los comités de emergencia de poblaciones ubicadas en la costa del Pacífico. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, instó a los habitantes del perfil costero a evacuar la zona y subir a tierras más altas.
“Comunicar responsablemente”
Mientras tanto, en Perú, el llamado a la calma llegó al punto de que Walter Mori, vicepresidente regional de Callao, zona costera aledaña a Lima, aseguró que no había peligro alguno de tsunami. “Podemos continuar con nuestras labores cotidianas. Hay que comunicar responsablemente para no generar pánico. Continuamos, sí, con la alerta amarilla", apuntó el político peruano.
En Chile, a unos 2.000 kilómetros de Isla de Pascua, las actividades escolares fueron suspendidas y la gente comenzó a acopiar víveres y agua, ante el recuerdo del tsunami de 2010. “Tenemos que guardar todo, no podemos perder de nuevo lo poco que tenemos”, dijo un pescador del puerto chileno de Talcahuano, devastado por el tsunami de 2010.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editor: Pablo Kummetz