Un nuevo Patrimonio Cultural de la Humanidad para Alemania
1 de agosto de 2010107 lagos y fosas componen un histórico y original sistema de canalización de aguas de una longitud total de 310 kilómetros en la montañosa región del norte de Harz, en Baja Sajonia.
A eso se le deben sumar otros 30 kilómetros de canales de agua subterráneos y unos 100 kilómetros de galerías excavadas por la mano de los monjes Cistercienses que en la era medieval llevaron a cabo semejante maravilla de la arquitectura. Un trabajo que aún hoy sigue fascinando a expertos y turistas.
No en vano adquirió ayer sábado día 31 de julio el estado de Patrimonio Cultural de la Humanidad en una conferencia del comité de la UNESCO en la capital brasileña Brasilia.
Junto con otras 32 potenciales adiciones a una lista de ya casi 900 lugares en el mundo con este título, los 21 expertos de la conferencia decidieron por unanimidad incluir este sistema de canales y acueductos, según la portavoz de la UNESCO, Sue Williams.
Con esto, Alemania pasa a contar con 33 lugares que cuentan con este título, entre los que se encuentran la Catedral de Colonia, las Marismas del Mar del Norte, o el casco antiguo de las ciudades de Wismar y Stralsund, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Un sistema inteligente
El sistema de canales de Harz fue la única fuente de energía para la industria minera local entre la era medieval y la industrialización. Era principios del siglo XIII cuando los monjes del Monasterio Cisterciense de Walkenried crearon el primer sistema de lagos y fosas. Los interminables kilómetros de galerías subterráneas se fueron construyendo con el paso de los siglos.
Puesto que la zona carecía de ríos o arroyos, los mineros mismos fueron los encargados de traer agua para su depósito. A partir de ahí, esta agua era canalizada a través de las galerías y grutas, donde a su paso hacía girar innumerables molinos y ruedas que generaban energía con su movimiento. La energía se utilizaba asimismo para transportar el agua que rezumaba de las fosas.
Uso y mantenimiento
Ese sistema es en parte la razón del éxito de la industria minera de la región de Harz, que contribuyó a su prosperidad económica durante la Edad Media y los siglos siguientes. Su inteligente diseño hace que aún a día de hoy se siga utilizando, un detalle que lo hace único. Su conservación requiere inversiones de millones de euros por parte de las autoridades locales.
El mantenimiento y preservación del sistema de canalización de aguas de Harz es “una gran responsabilidad”, según el secretario general diputado de la Comisión Alemana de la UNESCO, Dieter Offenhauser. En ese sentido, el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad supone una gran ayuda, ya que garantiza para cualquier lugar galardonado un aumento de financiación.
También es frecuente el auge de la fama y el turismo, aunque según Offenshauser, “Harz ya es una región turística”. En concreto, los canales son ya desde hace mucho tiempo una popular atracción para vistantes, no sólo por su importancia histórica, sino también por su belleza.
Una belleza que es importante preservar cueste lo que cueste, ya que el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad no es para siempre: la mala conservación y tratamiento de estos lugares supone una rápida salida de la solicitada lista de la UNESCO. No son pocos los lugares que han recibido ya serias advertencias por este motivo, entre ellos las Islas Galápagos o la catedral georgiana de Bagrati.
Autora: Sabine Faber (dpa, afp)
Editor: Enrique López