Laila Haidari fundó uno de los pocos centros de rehabilitación contra las drogas de Afganistán sin ninguna ayuda pública. Da esperanza a muchos de los habitantes de Kabul destruídos por las drogas. Sin embargo, la retirada de las tropas internacionales alimenta la incertidumbre sobre su proyecto y el futuro de un país donde solo los radicales ven perspectivas favorables.