Francia: la estrategia de supervivencia del primer ministro

François Bayrou, líder del partido de centroderecha MoDem, heredó la difícil tarea de gobernar un país con una sociedad dividida y un panorama de partidos fragmentados.

En su discurso durante la toma del cargo en el Parlamento, el martes (14.1.2025) dijo con humor que "el 84 por ciento de los franceses no cree que el Gobierno vaya a durar hasta finales de año. Me pregunto de dónde saca ese optimismo el 16 por ciento restante".

Reforma de pensiones causa controversia

Pero la atención la acaparó la polémica reforma de las pensiones de 2023, en la que la edad mínima de jubilación asciende progresivamente de 62 a 64 años. Bayrou anunció que volverían a debatirla, intentando ganarse así el apoyo del Partido Socialista (PS).

"El Tribunal de Cuentas elaborará en breve un análisis de la situación actual de nuestros fondos de pensiones. Sobre esta base, los sindicatos y las asociaciones de empresarios tienen tres meses para elaborar a puerta cerrada, en cónclave, una nueva propuesta de reforma", anunció Bayrou.

Frenar esa reforma es una condición del PS para ofrecer apoyo a Bayrou. Los socialistas tienen alrededor de 60 diputados, apenas la mitad que Agrupación Nacional (RN). Pero serían suficientes -junto con los votos centristas del Gobierno- para impedir el éxito de futuras mociones de censura.

Los socialistas no están convencidos

La oferta de Bayrou es demasiado vaga para el PS. Su líder, Olivier Faure, dijo a la cadena TF1: "Exijo que el primer ministro deje en claro que las propuestas elaboradas en el cónclave también se presentarán al Parlamento".

Si bien el Parlamento votará este jueves una moción de censura presentada por los miembros del partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI), Los Ecologistas y el Partido Comunista Francés (PCF), RN ha anunciado que no votará en contra del gobierno en esta vuelta. Sin embargo, no hay garantía para futuras votaciones.

Benjamin Morel, profesor de Derecho Público en la Universidad París 2 Panthéon Assas, cree que "(los socialistas) exigen, por ejemplo, que se eliminen del presupuesto 4.000 puestos de trabajo en educación y que se aumenten los impuestos a los ricos". Poco antes de las elecciones de verano se formó el Nuevo Frente Popular, que reúne además de los socialistas, a la LFI, a Los Ecologistas y al PCF.

Un cónclave para ganar tiempo

Si el Gobierno vuelve a caer, podría resultar aún más difícil para el presidente, Emmanuel Macron, encontrar un nuevo primer ministro. Algunos ya exigen la dimisión de Macron y elecciones presidenciales anticipadas.

Pero no todos son tan categóricos. Nicolas Rousselier, profesor de Historia en la Universidad Sciences Po de París, incluso considera "astuta" la idea de Bayrou de un cónclave. "Está utilizando el método de la socialdemocracia de la Cuarta República francesa de 1945 a 1958", dijo a DW. En aquella época, los demócratacristianos y los socialistas diseñaron conjuntamente el sistema social francés.

"Al permitir que los socios de negociación colectiva negocien a puerta cerrada, está ganando más tiempo", dijo Rousselier. "Los socialistas no sancionarán al Gobierno si esto puede interrumpir las negociaciones sobre un sistema de pensiones más justo. Por otra parte, el Parlamento debe negociar sin reservas cualquier propuesta legislativa que surja de esto”, agregó.

¿Se está subestimando a Bayrou?

Según Luc Rouban, del Centro de Investigación Política de París de la Universidad Sciences Po, "el PS quiere distanciarse del radicalismo de la LFI para presentar a su propio candidato a las presidenciales de 2027. Si llega a un acuerdo de paz con Bayrou, podría atraer a más votantes del centro", señala. "Y si sus cálculos salen bien, incluso podría allanar el camino para que Bayrou se convierta en presidente. Poca gente cree que pueda hacerlo, pero su gran ventaja es que muchos lo subestiman", asegura.

Esto podría ayudar al primer ministro a ganar votos en las zonas rurales, especialmente entre los votantes que han apoyado cada vez más al RN desde principios de la década de 2000, dijo Rousselier.

Y Bayrou, a diferencia de Le Pen, creció en el campo, en una familia de agricultores cerca de Pau, en el suroeste rural. "Eso lo hace más auténtico", subrayó el experto.

(rmr/cp)